¿Por qué no seguir?

Jesús A.
Acabado el camarote de proa, quedamos más conformes de lo que esperábamos y más después de lo que nos costó hacerlo... ahora entiendo a los contorsionistas, ya que trabajar dentro del camarote de proa colocando la madera fue como estar dentro de una lata de conservas... nos resultó muy incómodo.

Después de esta primera experiencia, y viendo el resultado final, empezamos a tomar la decisión de continuar con las reformas del barco nosotros solos, aunque eso significara horas y horas dentro del barco trabajando (casi todas en fines de semana). Así que, planificamos nuestro siguiente brico: los camarotes de popa.

En principio nos daba respeto meternos en esta obra por dos razones, en primer lugar por el tamaño de los mismos y sus estrecheces (de las cuales nos acordábamos del camarote de proa) y en segundo lugar por las formas y detalles que tendríamos que salvar en ellos.

Detalle de la esquina.

Decidimos utilizar también la madera como material de las paredes y los techos, pero en este caso en lugar de utilizar tablas machiembradas quisimos utilizar listones de dos tamaños, uno más ancho de fenólico marino de 10 mm. y otro de distinto color y grosor también fenólico. Deseábamos distintas tonalidades de color en las maderas, para ello escogimos un clor claro en la más ancha y uno oscuro en la estrecha, y además para crear sensación de profundidad y mayor tamaño a los camarotes las colocamos en sentido horizontal.

Uno de los mayores quebraderos de cabeza que nos dieron estos camarotes fueron las esquinas redondeadas de encima de la cama, además (y vuelvo a insistir a riesgo de caer pesado) la sensación de sentirnos "conejos en su conejera". Estudiamos diferentes posibilidades y materiales, finalmente el que mejor se acoplaba al diseño que estábamos realizando fue utilizar pequeños listones verticales dando la curvatura, esto nos permitía seguir incorporando aislante por detras de la madera.

En las fotos siguientes podemos observar como eran los camarotes antes de la reforma y el resultado final de los dos camarotes.


Camarote de estribor antes de la reforma.

Camarote de estribor.



Camarote de babor antes de la reforma.


Camarote de babor.


¿Por dónde empezamos?

Jesús A.
Esta fue la pregunta que nos hicimos al ver el interior del barco, cuando comenzó el primer otoño con el Kabala, y por más que mirábamos no sabíamos por donde empezar. Al final se impuso lo práctico, porque al ir a mirar uno de los techos de polipiel del camarote de proa se nos vino encima, con lo cual ya habíamos tomado la decisión de comenzar por proa.

Una de las cosas que más nos llamó la atención es la humedad que tenía el barco por las paredes y el techo. Consecuencia de la humedad teniía deterioradas muchas partes en las estancias del barco, de hecho hasta las maderas del techo de salón estaban dañadas, pero como dije al principio decidimos empezar por el camarote de proa.

A nosotros siempre nos ha gustado la calidez que da la madera sobre otros materiales y por eso decidimos utilizar la madera para las paredes y el techo. Lo nuestro no era la carpintería, más que nada porque nunca lo habíamos hecho, así empezamos a pedir presupuestos a distintos carpinteros. Los primeros presupuestos fueron desalentadores, más que nada porque debían pensar que eramos millonarios por tener un barco, eran desorbitados, y finalmente no encontramos ninguno que se ajustara a nuestro persupuesto disponible. Con el tiempo, nos hemos dado cuenta que hablar de producto náutico es hablar de un producto más caro que el mismo en otro tipo de establecimiento.

Finalmente, nos propusimos emplear nuestros fines de semana para realizar nosotros el trabajo, aunque tuviéramos que aprender a realizar tareas de carpintería. Con tiempo, herramientas y sobre todo ganas se puede haer cualquier cosa.
 
Decididos como estábamos, empezamos la obra. Primeramente dejamos todas las paredes y el techo despejados del material viejo y dañado, dejando el camarote completamente vacío. Como íbamos a poner tablas de madera en las paredes pegamos rastreles donde atornillar posteriormente las tablas, dejando un hueco entre la pared y las tablas para posteriormente rellenar con espuma de poliuretano, ya que nos iba a servir como aislante y además para hacer de "sandwich" dando consistencia a la pared. 

En las imágenes vemos el antes y el después de nuestro primer brico:
 
El camarote de proa acabado....



... y así nos encontramos el camarote.